«Los niños no nacen solidarios. La solidaridad es altruismo que se aprende y se afianza con la práctica y el ejercicio. Son valores que deben fomentarse en la familia y en el colegio. En la familia la mejor forma de enseñar esto es con el buen ejemplo, y en la escuela se debe fomentar la empatía de los niños, el despertar de la preocupación por los demás. La solidaridad supone uno de los valores humanos por excelencia, ayudar, cooperar, y colaborar con los demás. Es uno de los valores más importantes ya que la solidaridad es necesaria para construir un mundo mejor»
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